lunes, 29 de octubre de 2012

De la función a la energía y el medio

Según el manifiesto “Arquitectura y voluntad de época” que Mies Van der Rohe publicó en 1924, la arquitectura debe estar vinculada a su tiempo y saber expresar y entender las circunstancias en la que surge, como una expresión espacial del espíritu de su tiempo. Las construcciones deben satisfacer las exigencias de objetividad y funcionalidad de la época en la que surgen. Esta objetividad es anónima y contraria a la singularidad, deben ser creaciones de la época y no de autores particulares.

Estas ideas pueden incluirse dentro de la visión de su época de una arquitectura racional y funcional, capaz de satisfacer los fines con los materiales y técnicas que el progreso pone a su disposición.

En la época actual la necesidad de ahorrar energía y cuidar el medio ambiente se ha convertido en un requisito fundamental a la hora de realizar cualquier actividad. Los edificios no pueden permanecer indiferentes a estos principios y deben emplear formas, materiales y técnicas que permitan un buen comportamiento energético.

La cuestión medioambiental, una exigencia inevitable de nuestro tiempo, ha influido en el diseño de muchos de los edificios contemporáneos, que han incorporado las técnicas y materiales para buscar una relación más sostenible con el medio. Así puede entenderse que la preocupación de Mies por el espíritu de la época, se transforma en una preocupación concreta por el mantenimiento del medio ambiente, como un  principio básico para la arquitectura.

Un ejemplo de esta arquitectura es la Casa Ecológica de STEM arquitectes en La Fatarella (Tarragona). El proyecto parte del aprovechamiento energético y el uso de técnicas y materiales propios del lugar. Se ha buscado la mejor orientación, intentado captar el sol en invierno, por medio de grandes superficies de vidrio, invernaderos o muros Trombe. La estructura del patio está diseñada pensando en el verano, ya que crea un microclima gracias al porche y las pérgolas vegetales.



El edificio Pau Claris en Barcelona de Pich-Aguilera, también parte del concepto de sostenibilidad. En su diseño intervienen estrategias de iluminación natural, ventilación y refrigeración naturales, control de ganancias térmicas o medios de captación de aguas pluviales. Emplea materiales con bajo impacto medioambiental y reciclados o procesos industrializados de construcción; sin olvidar el empleo de energías renovables, la gestión de los residuos, o dispositivos de ahorro de agua.




Por último, como dice Vicente Guallart, puede decirse que la forma sigue a la energía, lo que él ejemplifica con la Fab Lab House, una casa solar que emplea paneles solares flexibles, para integrarlos en su arquitectura. La forma del edificio se diseñó en base a las aportaciones solares de energía.



La preocupación por una arquitectura ligada a su tiempo y ajena a las particularidades de un autor concreto que Mies defendía en su manifiesto, tiene su continuidad en la arquitectura actual que parte de las exigencias actuales de eficiencia y sostenibilidad para definir su diseño.

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